¡Holaaa! Os saluda Miriam Casas, una estudiante que ve la vida
con un toque de humor y positivismo en vena. Puedo considerarme a ratos inteligente emocionalmente y a otros no tanto.
Suelo expresar mis sentimientos a los demás con facilidad y me gusta escucharme en solitario en pocas ocasiones, aunque realmente cuando mejor organizo mis ideas es cuando me desahogo con mi círculo cercano. No obstante, si hablamos de organización
“no mental” soy un poco desastre y dejo casi todo para el último momento.
Intento aprender a reconocer mis emociones a pesar de que sea una tarea difícil y cuando estas no me gustan, no oprimirlas. Ganar a la pereza y aumentar la motivación en el ámbito deportivo me ayuda a confiar más en mi misma y a liberar las famosas endorfinas de la felicidad.
En cuanto a mi perfil creativo, soy una persona conceptualizadora, cuando hago un trabajo intento leer información de varias fuentes para comprender el tema a fondo y poder razonar para realizar una reflexión propia. Si embargo, esto muchas veces me impide avanzar a la hora de dar soluciones al problema. Por eso, me gusta trabajar en equipo para conseguir la mejor sinergia.
La inteligencia emocional en la educación 